viernes, 10 de septiembre de 2010

Protagonismo.

Hay momentos y momentos en esta vida. Los que te gustan, los que no, los que quieres olvidar, los que revives una y otra y otra vez, los que añoras, y por supuesto, los que deseas que sean tuyos.
Puede que sea cuando te cuentan cualquier cosa, cuando a tu mejor amigo le han regalado eso que tu tanto querías, cuando ves el típico momento perfecto en la película o cuando sientes que por algún motivo en concreto, tú, sobras, y no solo te sientes mal, si no que deseas con todas tus fuerzas ser esa persona. ¿Envidia? Puede, pero de la envidia nace la avaricia y el egoísmo, y hay que aprender a dejar a un lado los valores y no tirar la toalla, no darse nunca por vencido y sobretodo, crees, creer en tí y solamente en tí, que te puedan las ganas, que te pueda el ansia de tenerlo todo para conseguir que ese momento sea tuyo, para que de ese momento seas tú el protagonista.


Dicrepo, ¿felicidad?

Felicidad. Efímero sentimiento. Fruto de sensaciones que se agolpan formando una ilusión que, al igual que viene, se va.
Emoción, satisfacción, algunos de estos sentimientos ayudan a llegar a ese clímax al que llaman felicidad, pero que nunca, no se sabe como, ni tampoco porqué, al final se acaba olvidando, o bien sustituyendo por otra meta que te motive a seguir en este mundo, en el que nadie, de un modo u otro, es felíz.