martes, 15 de junio de 2010

Tú.

Fuiste una simple equivocación. fuiste un resplandor, una luz, fuiste quien me sacó de la oscuridad. Por fín encontré la salida al círculo, por fín se contó el final del cuento. Tú, fuite tú y solo túel que consiguió abrirme los ojos ante algo que, aunque evidente, para mí resultaba confuso, fuiste tú.. Tú, que simple palabra, que breve, que.. perfecto. Eras la nada, eras el viento, presente pero indiferente, hasta ayer. Hasta que el viento en agua se convirtió, se convistió en algo indispensable para la vida. Paso a paso, gota a gota se forma el mar, mar azul, inmenso mar en el que me pierdo todas las noches navegando en mi barco de papel, esperando que alguna de las ilusiones que me rodean suba a bordo para acerse realidad. Sería dios si puediera alcanzar lo practicamente imposible, pero, ¿soñar? ¿tiene precio? Siento muchas realidades, pero esta confusión, error, equivocación, no podría nunca llamarla de ese modo.
¿Es la perfección una casualidad? Puede...

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