viernes, 14 de mayo de 2010

Nunca.

Nunca podré salir. Sigo dando vueltas en tu círculo, en el círculo que has creado para mí, he llegado a tal desesperación que me creo incapaz de salir por mi propio pie. Lo he intentado mil y una veces y en todas he fracasado. Me rindo.
Todo empezó una mañana de Septiembre, cuando tus palabras llegaron tan dentro de mi corazón que lo traspasaron completamente. Fue entonces cuando ese juego del que yo me creía participante, dejó de serlo, para convertirse en lo peor que podría haberme pasado pero eso yo no lo sabía, no sabía que todo estaba perfectamente planeado, que desde el primer momento sabías lo que iba a pasar. Yo solo era una más, otra de las tuyas, tantas como peces en el mar, como granos de arena, tantas como tus mentiras, tus palabras, que acabaron por convencerme. Me las creí, cada una más intensa que la anterior, pero solo eran palabras…
Para ti era divertido y no sufrías, pero en cambio para mí, era real, tan real que hasta me dolía. Cada frase, cada palabra que decías iba haciendo el agujero cada vez más grande, ese hueco que te has cavado en mi corazón, que nunca volverá a llenarse.
Mis ojos estaban inundados, después del diluvio, ese diluvio que provocaste una tarde de Octubre. Fueron pasando las horas, los días, semanas… No podía vivir sin ti, dejé la ventana abierta para que se escapara el tiempo que no estaba a tu lado. Era incapaz de poder reír, de poder soñar con algo que no fueras tú.
La espera se hizo eterna y no aguanté más, reuní todas las fuerzas de las que fui capaz y logré dirigirte la palabra. Todo volvió a empezar, más palabras, falsas ilusiones, esperanzas, todo en vano.
No lo pude evitar, no era dueña de mis actos. Me avisaron, me advirtieron, pero no hice caso, como bien decían estaba completa e irrevocablemente ciega de amor. Era una sensación demasiado extraña, demasiado buena para ser verdad, era un maquillaje, era la felicidad que creía tener…
Hubo más tardes, más diluvios, Noviembre, Diciembre, Enero… Nada cambiaba, la misma historia, el mismo juego, la misma víctima, yo.
Era presa de tus besos, de tus abrazos, de tus caricias, me creía dueña de tus pensamientos, de tus miradas, vivía en una nube, un sueño, mi sueño. Cuando estaba contigo, todo era perfecto, pero te fuiste, y dejaste un vacío tan grande que ahora soy incapaz de sostenerme en pie.
No sé cómo escapar de esto, no puedo, soy esclava de ti, de tu amor, quiero liberarme pero miro adelante y no veo una salida que no lleve escrita tu nombre, un camino en el que no estés a mi lado, no me queda nada por hacer.
Solo hay una solución que me quite del sufrimiento, sé que es la única manera de acabar con todo esto, de romper el círculo.. Solo me queda decir adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario