viernes, 14 de mayo de 2010

Rosa negra.

Sola, bajo la lluvia, esperando tu mirada, añorando tu presencia, recordando días pasados, observando al tiempo pasar, pasar sin hacer ruido, como la lluvia que caía sobre mi piel. Comenzé a dudar, esperé. No recuerdo cuánto fue, no recuerdo cómo pasó, pero decidí que ya era tarde. Paso a paso fui recuperando el camino que no debería haber dejado atrás. Nunca te hubiese creído capaz de tal acto de cobardía, nunca. No te imaginas, no puedes llegar a sentir el insoportable dolor, profundo e insoportable dolor que te ciega por momentos, door que se te clava en el pecho y rebota en tu conciencia con pensamientos. Pensamientos de traición, de impotencia, pensamientos que perviven en tu interior resonando una y otra vez. Sola, bajo la lluvia, ocultándome de aquella realidad que me estaba matando. La tormante empeoró cuando me di cuenta de que caía agua sobre agua, que antes de que empezara ya de por sí estaba mojada. Esperé y esperé, sola, bajo la lluvia, hundida en mis oscuros pensamientos con una rosa en la mano, una flor, rosa negra, rosa de la traición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario